Parece irreal, pero a un año del inicio de la explotación de este yacimiento y de su llegada a Lima, son pocos los que se han beneficiado con este recurso. Se creía que una vez que el gas de Camisea llegara a Lima en agosto del 2004 la demanda estaría asegurada y sería masiva. Sin embargo, a la fecha, solo 28 industrias y no más de 180 viviendas aprovechan el recurso. Aldo Cambiasso, gerente comercial de Gastecnic, empresa que realiza trabajos de conversión industrial, señala que el mercado ha tenido un desarrollo lento y limitado. ¿Las razones?Cálidda, empresa encargada de distribuir el gas natural en Lima, se habría concentrado en abastecer a los más grandes consumidores, posponiendo la conexión de las empresas medianas y pequeñas. Con esta acción, dice Cambiasso, la distribuidora esperaría acelerar la recuperación de su inversión en el gasoducto. El ejecutivo señala que si bien las medianas y pequeñas industrias han tenido contacto con Cálidda, esta no les estaría proporcionando información sobre el precio al cual les venderá el gas, por lo que no pueden realizar estudios sobre la rentabilidad de su uso. Refiere que por la avenida Argentina existen unas 300 industrias que podrían usar gas pero solo diez de ellas lo aprovechan.Philippe Delmotte, gerente general de Cálidda, justifica esta acción, porque las grandes empresas se han aventurado primero a tener este recurso, debido a los volúmenes de combustible que demandan. Indica que en la misma avenida Argentina hay 52 empresas potenciales de ser abastecidas, de las cuales 26 (el 50%) ya tienen contratos y consumirían el 93% del gas que demandaría el lugar. El objetivo de Cálidda para este año es abastercer a 100 empresas. Estas se encontrarían repartidas en San Juan de Lurigancho, avenida Argentina, Gambetta y Carretera Central. (Edición domingo).