Hace casi 80 años, cuando no había ninguna preocupación por el medio ambiente, las mineras que operaban en los yacimientos de Morococha -en las alturas de Ticlio- abrieron el túnel Kingsmill para evacuar el agua que no les permitía trabajar en sus socavones.Durante todo ese tiempo, más de 1.100 litros de agua por segundo, contaminada con ácidos -especialmente sulfúrico- y cargada con hierro, aluminio, manganeso, cobre, zinc y arsénico, se han venido arrojando al río Yauli y se impedía que esa agua pudiera ser usada para regar el campo.Felizmente, esa situación está a punto de terminar. Desde hace 15 días entró en operaciones a modo de prueba la planta de tratamiento que eliminará la acidez del agua y reducirá el contenido de minerales para que cumpla con los estándares establecidos por ley. Este era un anhelo de los campesinos de Yauli y del Mantaro, que podrán volver a usar esa agua después de 80 años.(Edición sábado).