Satisfacción, pero al mismo tiempo renovada energía, debe producir la noticia dada por el presidente Alan García acerca del descubrimiento de un enorme yacimiento de oro en Moquegua, en la ciudad de Ichuña, provincia de Sánchez Cerro, que albergaría 5 millones 600 mil onzas de oro, cuyo valor en el mercado internacional alcanza los 7 mil millones de dólares, además de lo que dejaría al Fisco por concepto de impuestos y canon para la región.Este gran hallazgo es fruto de la política de puertas abiertas a la inversión privada nacional y extranjera. Es sabido en el mundo que los proyectos mineros requieren de enormes inversiones en exploración y explotación, por lo que para un país como el nuestro, poseedor de ingentes riquezas minerales, resulta clave estimular la participación del capital -local y foráneo- que está acudiendo por las ventajas comparativas que ofrecemos y por el permanente interés que expresa el presidente de la República. Además, así como la gastronomía se está posicionando en el mercado mundial con su mensaje del sabor, el Perú ha logrado vender su imagen de líder en la región y nuevo paraíso para las inversiones productivas.El Perú tiene una larga tradición de país depositario de metales. Y esta alcanza a casi todo su territorio. Por ello es necesario que a partir de este colosal descubrimiento se estimule la prospección de oro en la zona sur que tiene una reconocida historia aurífera y que, de seguro, esconde aún nuevos yacimientos de este metal precioso que, como es sabido, es hoy un metal refugio de las economías mundiales, con un precio en constante alza. Por lo demás, debemos por ese legado y esa historia, alcanzar lugares mayores al que tenemos en la producción y exportación de los diversos minerales. Pero no sólo eso. Necesitamos exportar valor agregado, lo que -en el caso del oro- significa promover el trabajo de los orfebres y artesanos que lo transforman en joyas de gran belleza.No somos el mendigo sentado en un banco de oro -que reflejó una visión y una realidad que estamos superando con creces-. Tenemos oro y mucho, por lo que se ve, y tenemos también cobre y otros metales. Pero, sobre todo, tenemos el dinamismo y la proyección para exportar esa riqueza con un sello distintivo de made in Perú. Lo ha hecho posible nuestro sostenido crecimiento económico, nuestra estabilidad y la pujanza constructora del Estado que ha entregado obras como nunca antes en su historia.Este descubrimiento debe estimularnos a seguir creciendo y desarrollándonos con inclusión social para fortalecer nuestra actual posición de liderazgo en la región y superar a nuestros competidores, en especial a Chile, en una contienda que tiene algo de deportiva pero mucho de estratégica y de geopolítica y en la cual debemos empeñar nuestros mejores esfuerzos.