La campaña electoral hacia la Municipalidad de Lima ha arrancado colocando a Lourdes Flores Nano y a Álex Kouri a la cabeza de las encuestas de opinión pública. Ambos, políticos con mucha experiencia, declaran a medios de comunicación, visitan barrios y se reúnen con los electores, sobre todo con los de menores recursos económicos, para prometer acciones que aseguran que emprenderán una vez que alcancen el sillón que hoy ocupa Luis Castañeda Lossio.Esta exposición los ha llevado a desplegar una suerte de guerra verbal, en la que han sobrado adjetivos. Recordemos que Kouri dijo de Flores que sus propuestas son pitucas, lo que llevó a Flores a calificar las del alcalde del Callao como racistas y discriminatorias, propias de un señorito aristocrático. Este le respondió que ella era la mejor muestra de aristocracia, lo que llevó a la lideresa del PPC a acusarlo de estar rodeado de chalecos y raterías. La réplica fue violenta: la calificó de improvisada. Pero este "delicioso" enfrentamiento es mantenido vivo por los dirigentes menores, que siguiendo el verbo de sus líderes, se insultan unos a otros sin tregua. En tanto, nadie sabe qué harán estos señores, favoritos en las encuestas, si son favorecidos con el voto popular. Ninguno ha dado a conocer con seriedad los planes para desarrollar a Lima, la vigésima novena ciudad más poblada de todo el mundo y la quinta en Latinoamérica. Hasta ahora no sabemos los planes que tienen Lourdes Flores y Álex Kouri para solucionar el problema del transporte público y privado. Nos preguntamos si construirán un metro, si extenderán el Metropolitano o si levantarán nuevas autopistas para unir a la desmebrada urbe. Peor aun, ninguno de los dos ha explicado cómo enfrentarán la delincuencia que los limeños señalan como el principal problema. Es oportuno que aclaren si el municipio metropolitano encabezará esta lucha, o se resignará a instalar unas cuantas cámaras de video en las calles más peligrosas y resignarse a que la Policía Nacional y sus magros recursos haga lo que mejor pueda.Puede resultar que estemos arando en el desierto pidiendo propuestas, pero creemos que debemos insistir y reclamar una cruzada nacional para lograr que los candidatos no sigan empobreciendo aun más la vida política del país.
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