La primera semana de mayo el presidente Alan García inauguró una planta de generación eléctrica que funciona con gas natural; sin embargo, una vez culminada la ceremonia, dicha instalación, perteneciente a Duke Energy, tuvo que apagar sus turbinas porque no contaba con un contrato de abastecimiento del hidrocarburo. Meses antes, el Consorcio Camisea (liderado por Pluspetrol), le había adelantado que no tenía disponibilidad de este recurso para el funcionamiento de esta generadora, por lo que la planta, pese al esfuerzo de inversión, aún sigue paralizada.Esta situación habría generado preocupación en el Gobierno, en el sentido de una falta de abastecimiento de gas natural. En realidad, sobre este tema existen dos escenarios: nueve empresas pidiendo gas natural en un período máximo de dos años; y las regiones del sur exigiendo que se disponga de un volumen suficiente de gas para hacer posible la construcción del gasoducto sur andino, a cargo de Kuntur Transportadora de Gas. Este pedido se hace proyectando el abastecimiento del sur para dentro de tres años. Pero desde ya el gas debe ser asegurado para permitir la construcción del gasoducto. Ambas situaciones habrían configurado versiones de desabastecimiento de gas por culpa de la exportación, a cargo de la empresa Perú LNG. El presidente de la República salió ayer a enfrentar estas versiones y aclaró que existe suficiente gas en los lotes 88 y 56 (perteneciente al Consorcio Camisea); explicó además que habría recursos en los lotes 57 y 58, pertenecientes a las empresas Repsol YPF y Petrobras, respectivamente.Tras reiterar que no se modificarán los contratos firmados con el Consorcio Camisea para la exportación, García sostuvo que si se configurara una situación de desabastecimiento, el contrato de Camisea y la Ley General de Hidrocarburos establece claramente que se da prioridad al mercado interno antes que a la exportación y se declara en emergencia el gas.