Si el año pasado el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) y el Banco Central de Reserva (BCR) reducían sus estimados de crecimiento del PBI a medida que pasaban los meses, este año está ocurriendo todo lo contrario. La tasa de expansión para el 2009, que se previó en diciembre último (5.5%), ya no convence a estas instituciones, responsables de las políticas fiscal y monetaria, respectivamente, ni tampoco a las entidades privadas, que están apostando hasta por un 8%, según ha dado a conocer el presidente Alan García.Así que ahora la cifra más probable para el BCR, siempre cauto en sus cálculos, se ubica entre 6% y 7%. Y lo mejor de todo es que a diferencia del 2008, este año la mayor producción vendría acompañada por una inflación moderada que se ubicará dentro del rango meta establecido por el instituto emisor (menos de 3%) en lugar del indeseado 6.65% de hace dos años, lo que seguramente será un alivio significativo para el gobierno, que no ha logrado desprenderse del fantasma de la hiperinflación.Aunque estas noticias son alentadoras y seguramente reafirmarán la confianza y el optimismo de los agentes económicos, se nota en las declaraciones oficiales la ausencia de un factor clave en la explicación del porqué este crecimiento: el efecto estadístico. Como ya lo hemos advertido anteriormente en esta columna, el PBI viene de un año muy malo, con meses de caídas, y es por ello que en lugar de hablar de crecimiento, lo más exacto sería referirse a recuperación. Y habrá que ver si será suficiente para superar el nivel de PBI que se tenía el 2008.Es claro que se debe evitar crear una sensación de euforia en los próximos meses, cuando el PBI crezca hasta en dos dígitos (por efecto estadístico), porque en el corto plazo todavía existen riesgos, provenientes en especial de Europa. El temor inicial por la crisis de deuda en Grecia podría disiparse pronto, pues los organismos internacionales ya han comprometido miles de millones de euros, pero sus secuelas durarán más tiempo. La Unión Europea es un socio comercial clave del Perú y las exportaciones podrían verse afectadas si la situación empeora en mercados como el español o si otros miembros presionan para limitar las importaciones europeas.