EN TRES ESTACIONES DEL METRO Y EN UN ÓMNIBUS ESTALLARON LAS BOMBAS

Mientras los líderes del G-8 se reunían en Gleneagles, Escocia, la capital británica quedó sumida en el caos, un día después de haber celebrado en sus calles que Londres albergará los Juegos Olímpicos en el 2012. Las autoridades británicas han reconocido hasta ahora oficialmente que la serie de ataques terroristas en el sistema de transporte causó la muerte de 38 personas y más de setecientos heridos, 47 de ellos de gravedad. Según la cadena BBC, 35 personas murieron en los subterráneos, dos en un ómnibus y una falleció más tarde en el hospital al que había sido trasladada. Se teme que el número de decesos aumente con el correr de las horas. Las bombas estallaron en tres estaciones de metro y en un ómnibus durante la hora punta de la mañana. Antes de producirse los estallidos no hubo aviso alguno. La serie de ataques, el incidente de este tipo más grave ocurrido en Gran Bretaña desde el atentado contra un avión de PanAm sobre la ciudad escocesa de Lockerbie, en 1988 --en el que murieron 270 personas-- provocó gran conmoción en Gran Bretaña y temor en todo el mundo por la posibilidad de nuevos hechos similares.