SALHUANA RECONOCE QUE EL EJECUTIVO SE EQUIVOCÓ
6 de julio de 2005

El silencio del Gabinete en torno de la ley sobre el arresto domiciliario ha sido tan calculado como desventajoso. Un exagerado blindaje que, lejos de aplacar la polémica, solo ha invitado a fortalecer dudas y sospechas.Toda la opinión pública exigía saber por qué el Ejecutivo no había observado la mencionada norma, pero la respuesta no se canalizaba por medios oficiales. El primer ministro Carlos Ferrero amagó una respuesta muy fría el sábado, pero su declaración perdió peso cuando, horas después, la ley recibía la promulgación desde la Mesa Directiva del Congreso.Recién ayer --72 horas después de publicada la ley-- el ministro de Justicia, Eduardo Salhuana, dio a conocer sus puntos de vista, los cuales incluyen no solo una rotunda crítica a la decisión tomada por Alejandro Toledo, sino también una velada y grave insinuación de que el presidente no habría considerado ni siquiera las recomendaciones del resto de ministros, quienes --según Salhuana-- estaban de acuerdo con observar la ley. "Nosotros emitimos una opinión el 21 de junio, la reiteramos al presidente del Consejo de Ministros y considerábamos que el asunto estaba lo suficientemente debatido y que era claro que la ley debía ser observada. Lamentablemente, la decisión final fue otra", dijo, reconociendo como error la actitud del Ejecutivo.