PETROPERÚ
5 de julio de 2005

Es indudable que las principales fuerzas políticas del país -no sólo el gobierno- han tomado la decisión de mantener a Petroperú como empresa pública. En otras palabras, la petrolera estatal no será privatizada. No obstante que la línea editorial de EXPRESO está a favor de la privatización o concesión de las empresas públicas, es un hecho que -aunque estemos en pleno tercer milenio- nuestras fuerzas políticas no pretenden hacerlo en el caso de Petroperú. Más aún si por un lado los principales gurús confirman que el precio del oro negro se mantendrá por buen tiempo con tendencia al alza, algo que sin duda genera mucha expectativa; y de otro lado porque no se puede soslayar que hace tiempo la mayor corriente política contemporánea cuestiona cada vez más al liberalismo puro al que sus detractores gustan degradar llamándolo neoliberalismo.En ese escenario antes que intentar ir contra la corriente -sobre todo en época electoral- como medio responsable sólo nos queda procurar que Petroperú -comprometido en adelante a permanecer en manos del Estado- se convierta en organismo eficiente, competente y transparente. ¿Cómo hacerlo? En primer lugar, alentando a que el sector privado -nacional e internacional- participe en sus operaciones mediante concesiones o joint ventures que permitan el aporte de los grandes capitales -y de la tecnología de avanzada- que demanda la dinámica industria petrolera mundial, algo de lo que precisamente adolece Petroperú. En segundo lugar, se debe obligar a que el gobierno no intervenga en la administración de la petrolera estatal, así como a que ésta se profesionalice cada vez más bajo la dirección de un equipo técnico del mejor nivel.Sin embargo algo que puede y debe iniciar cuanto antes el Ejecutivo es la recomposición del ente petrolero. Es indispensable -y urgente- devolverle a Petroperú la capacidad de participar en los contratos de exploración, función que le fuera cercenada transfiriéndola a un híbrido llamado Perupetro. Una medida que se adoptó como parte del proyecto de privatización de Petroperú que hoy ya se sabe que no seguirá adelante. Fusionando a ambas compañías no sólo se evitará un mayor e inconveniente desmembramiento de la petrolera estatal, sino que asimismo se eliminará la inútil duplicidad de funciones que genera contar con dos directorios y dos gerencias separadas para administrar a dos empresas que -a la luz de la decisión política de mantener a Petroperú como empresa pública- en lo sucesivo deben ser una sola, señala Luis García Miró.

  • [Expreso,Pág. 4]
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