Luego de que el gobierno suspendiera el permiso de Minera Yanacocha para explorar la zona del cerro Quilish en Cajamarca, la incertidumbre se agudiza aún más entre los inversionistas, considerando las presiones sociales que están haciendo efecto en un Estado que se ha ganado el calificativo de "ausente".Aunque las preocupaciones se iniciaron desde hace meses, sucesos como el de Yanacocha no son aislados, puesto que ahora la empresa minera Atacocha, cuyos yacimientos se ubican en la región Pasco, estaría cerrando sus operaciones en el Perú -al igual que en el primer caso-, por presiones sociales que niegan el ingreso del inversionista privado.Así, esta última empresa, la quinta mayor productora de zinc y segunda de plomo en Perú, cerraría su mina en diciembre si no logra conseguir el permiso de población pasqueña para ampliar un depósito de relaves que es vital para su producción.La firma logró en abril que 700 comuneros de Ticlacayán, en Pasco, firmen un permiso que le cedía 28 hectáreas para ampliar su depósito de relaves; pero en julio, el poblado cambió de dirigentes y los nuevos líderes rechazaron ese acuerdo.Esto, teniendo en cuenta que Atacocha, según señaló su gerente general, Juan José Herrera, entregó a los comuneros US$ 300,000 como parte del acuerdo de abril."Con este problema tenemos en peligro una inversión detenida entre US$ 5 millones y US$ 8 millones. Hemos frenado la ampliación de una planta concentradora", dijo Herrera tras indicar que, según lo previsto, se estimaba un nivel de facturación para este año de US$ 70 millones. Es decir, US$ 10 millones más que en el 2003.Cabe indicar que la ampliación del depósito de relaves tiene un costo de unos US$ 2 millones y tendría que haberse empezado a inicios de año.