Controlar la minería informal en el último eslabón de la cadena: las empresas formales, algunas de las cuales compran el oro y lo procesan, esa parece ser una salida a este problema de contaminación y violencia.Para Miguel Santillana, investigador principal del Instituto del Perú, de la Universidad de San Martín de Porres, la ruta que se debe emprender es la de controlar a dichas compañías. "Lo que he identificado es un oligopolio de más o menos ocho a 10 empresas con nombre y apellido, conocidas por la Sunat, que se dedican a esta actividad a nivel nacional", expresó el especialista en diálogo con RPP.La señal es que precisamente donde se han desarrollado las medidas más violentas, por parte de los trabajadores artesanales, es en Chala, Arequipa, lugar donde se ubican plantas procesadoras de oro, que se valen de intermediarios para obtener una cuota de oro, procedente de Madre de Dios y de otras zonas. "Y tienen permiso del Ministerio de Energía y Minas, del Ministerio de Producción, licencias municipales de operación (…) La manera más fácil de controlar sería que la Sunat las intervenga", agregó.