Los mineros informales dedicados a la extracción de oro de los ríos del departamento de Madre de Dios actúan fuera de la ley desde hace años.Envenenan los ecosistemas de uno de los territorios con mayor biodiversidad en el mundo, "enganchan" y esclavizan a niños indefensos reclutados en las zonas altoandinas de Cusco y Puno y no pagan impuestos al Estado.Con el fin de mantener sus ilícitas ganancias, en agravio de la sociedad y el Estado de Derecho, lejos de formalizar sus actividades tecnificándolas y evitando la contaminación, pretenden utilizar a los trabajadores que ellos mismos esclavizan y promueven desórdenes, supuestamente en defensa de la minería artesanal.El presidente de la República, Alan García Pérez, el ministro del Ambiente, Antonio Brack, y el jefe del Gabinete Ministerial, Javier Velásquez Quesquén, han sido sumamente claros al subrayar que no es propósito del Gobierno destruir o desaparecer a la pequeña minería, sino formalizarla, evitar la grave contaminación de nuestros bosques y ríos, proteger los derechos laborales y, en suma, hacer cumplir la ley.La alta cotización internacional del oro ha agravado el panorama en Madre de Dios en los últimos años. Los mineros informales utilizan dragas en sus lavaderos y grandes cantidades de mercurio, arsénico y otros elementos químicos que son letales para la vida. Así están destruyendo los bosques, y la riquísima flora y fauna de la región. Anualmente, los mineros dispersan más de 32 toneladas de mercurio.La población de la zona también está sufriendo los efectos de la contaminación al consumir peces envenenados por mercurio.La depredación de los ecosistemas de Madre de Dios, Capital de la Biodiversidad en el Perú, no solamente preocupa al Estado peruano, sino también a expertos de organismos internacionales que luchan por frenar la creciente contaminación del medio ambiente en el mundo.El progresivo envenenamiento de los ríos de Madre de Dios no solamente afecta al Perú, sino también a las cuencas amazónicas que nacen en nuestro país y recorren Brasil hasta el Atlántico.Ante esta crítica situación, el Gobierno se ha visto en la necesidad de tomar acciones con un decreto de urgencia para establecer un mapa de exclusión minera en Madre de Dios y suspender los petitorios mineros.El Ministerio del Ambiente y el gobierno regional de Madre de Dios han firmado un convenio para recuperar 18 mil hectáreas de bosques y ecosistemas destruidos, con la participación de jóvenes de la región y comunidades nativas.No se trata pues de destruir a la pequeña minería, sino de reconvertirla en una actividad beneficiosa para la nación que defienda el medio ambiente y respete las leyes laborales.