Si algo está caracterizando la trayectoria política de Ollanta Humala y del Partido Nacionalista es su apego al uso de la violencia como forma de hacer política y de la muerte como herramienta para tratar de desestabilizar el régimen democrático y de libertades que se vive en el Perú. Es público que en las asonadas que se produjeron en Andahauylas, Bagua y Madre de Dios -cuyo número de muertes ya se acerca de manera oficial a las 50- el rol que jugaron los representantes del nacionalismo de Humala fue el de azuzadores.En la madrugada del 1 de enero de 2005 un grupo de reservistas del Ejército Peruano, al mando de Antauro Humala, hermano de Ollanta, asesinó a cuatro policías en uno de los puentes de la ciudad para luego tomar por asalto la comisaría de Andahuaylas secuestrando a la dotación policial que se encontraba acantonada allí.