Hay bombas de tiempo escondidas que el gobierno necesita sacar al fresco para: 1) alertar a la ciudadanía, y 2) debatir la mejor solución para tales riesgos. Una de estas bombas es el fondo de "estabilidad" para el precio de los combustibles. "Estabilidad" comprendida como la necesidad de evitar que el alza del precio del crudo en el mercado internacional afecte la canasta de precios del consumidor local. Algo así como la cuadratura del círculo. Porque el hecho que Perú intente jugar contra la mano del mercado petrolero mundial es, sin duda, un riesgo inconmensurable. En enero del 2009 el barril de crudo West Texas costaba UD$ 46; en febrero de este año US$ 73; y en marzo US$ 77. Ayer ya superó la barrera de U$ 85/barril. Y dado que la economía mundial ha cesado de emitir malas noticias -aún no hay buenas, tampoco- se especula que el barril de oro negro podría promediar este año US$100.Acá existe hace ya unos años el llamado Fondo para la Estabilización de los Combustibles derivados del Petróleo, mecanismo mediante el cual el Fisco "amortigua" el impacto de las alzas de precio del crudo en el extranjero. Pero al final del día se trata de un subsidio estatal al usuario local de combustibles. El Fondo funciona bajo una fórmula de compensación a las refinerías que operan en el país -y a los importadores de derivados de petróleo, incluidas las refinerías- basada en la variación semanal o mensual del spot internacional de crudo. El año pasado, en determinado momento el Fondo acumuló un déficit -adeudado a las refinerías- de más de 1,500 millones de soles, llegando a afectar las operaciones financieras de las petroleras al extremo de generar una situación de imprevisibles consecuencias. Al final el MEF canceló la deuda por partes, aunque sin reconocer el costo financiero en que incurrieran las refinerías. Este año, no obstante el precio hasta ahora relativamente estable del crudo internacional, el Fondo ya adeuda S/. 580 millones a las refinerías, cifra que cada semana se incrementa en 35 millones de soles.El MEF estudia una propuesta para reemplazar el sistema de subsidio por el uso de "forwards" (compras a futuro de crudo en el mercado extranjero a precios preestablecidos) para evitar que el Tesoro siga asumiendo riesgos ante posibles "gasolinazos". Sin embargo hay quienes sostienen que igualmente existe alto riesgo en el uso de los "forwards" debido a que nadie puede controlar el precio del petróleo en el mercado abierto. El ejemplo que ponen es lo que sucedió con nuestras refinerías el 2008 cuando éstas recurrieron a los "forwards" para protegerse de las proyecciones mundiales -en ese entonces- de un petróleo que llegaría a US$ 200/barril. En julio de aquel año, tanto Petroperú como Repsol pactaron la compra de varios millones de barriles de petróleo al precio (récord mundial hasta hoy) de US$ 147/barril, y apenas dos meses después estalló la depresión mundial que, entre tantos efectos letales, trajo abajo el precio del crudo. El enganche fue estrepitoso y el daño fiscal muy grande.El tema es complejo. En años electorales las alzas de gasolina son muy mala señal. Y de otro lado, con un récord impecable en materia de estabilidad macro y micro económica -como el que ha acumulado y exhibe la gestión García II- sería funesto que acabara su segundo período generando déficit fiscales por subsidiar los combustibles. Es necesario entonces que el gobierno saque cuanto antes a debate alguna propuesta para eliminar, sustituir, modificar o mantener el Fondo de Estabilización del Precio de los Combustibles Derivados del Petróleo. Seguir encapsulando el problema "jugando al avestruz" sería la peor de las alternativas.