Y la selva vuelve a ser noticia con actos de violencia. Los mineros ilegales de Madre de Dios se oponen a que el Estado pretenda frenar la terrible deforestación y contaminación de la zona: bloquearon la carretera y se enfrentaron a la Policía. Las imágenes muestran la destrucción, hasta ahora impune, de bosques y ríos que deberían estar protegidos. Curioso que, frente a ello, ninguna ONG haya salido, con su habitual vehemencia, a denunciar los hechos. Curioso que, con la explotación evidente, la Defensoría del Pueblo no la haya reportado antes como zona de conflicto. Se dice que 30,000 personas dependen de esta actividad y, ante la cantidad de dinero involucrado, inevitablemente recordamos Bagua. ¿Se repetirá la historia? ¿Volverá el Estado a mostrar incompetencia o habrá aprendido que es importante comunicar la realidad y que el Gobierno tiene la responsabilidad de hacer que la ley se cumpla y proteger los recursos de la nación?, señala Patricia Teullet.