El reciente acuerdo entre productores, envasadores, distribuidores y comercializadores de gas licuado de petróleo (GLP) y representantes del Ejecutivo para disminuir (en 20% aproximadamente) el precio al público de este combustible, denota primero, la forma en que este gobierno llevó adelante el proyecto de Camisea y segundo, un afán controlista de precios, sostuvo el economista Carlos Adrianzén.Para Adrianzén este acuerdo "suena a concertación de precios", además de concertación de precios demagógicos, acotó, ya que lo que buscan los partidos políticos que se involucraron en las propuestas de reducción de precios son electores.