Lo descubrieron en 1545. Cerro Rico es también "Sumaj orcko", su nombre en quechua y ha llegado a ser la mina de plata más grande del mundo, y actualmente recibe cada día a más de 5,000 trabajadores en busca de estaño, zinc, plomo, plata y otros minerales. Su intensa explotación produjo al menos 138 hundimientos en la superficie de la montaña, según hallazgos recientes, que hacen temer un colapso. La situación llevó al Gobierno del presidente Evo Morales a prohibir toda actividad minera sobre los 4,400 metros de altitud (el cerro tiene una altura de 4,800 metros) hasta que los estudios sobre la situación real del yacimiento hayan concluido. El eterno dilema de las ciudades mineras, que nacieron por la minería y quizá deban su fin a ella, se manifiesta descarnadamente en Potosí, ciudad andina reconocida por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad y que ahora no es ni la sombra de la espléndida urbe de la colonización española.