Podría ser calificado por muchos como una reacción tardía; aunque otros podrían decir que más vale tarde que nunca. El asunto es que ante el reclamo de todos los consumidores de gas licuado de petróleo (GLP) el Gobierno decidió aplicar medidas con la finalidad de que los precios del balón de GLP se reduzcan en 10% (una disminución de S/.3,5 en promedio). En ese sentido, el presidente Alejandro Toledo anunció ayer la eliminación tanto del arancel a la importación de este producto como del Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) que lo grava. Los reclamos para la reducción del GLP no son recientes, pues desde que se inició la explotación del gas de Camisea, en setiembre del año pasado, se esperaba una reducción sustancial de los precios del GLP, considerando que el Perú disminuyó sus importaciones de este combustible, las que fueron reemplazadas por la producción de Camisea, cuyo operador es Pluspetrol. ¿Si producimos gas y ya no importamos, por qué los precios no han variado? La razón es muy sencilla: Pluspetrol usa como referencia los precios de importación, donde al costo de producción se le agrega el flete del transporte, pago de aranceles, y costos de almacenamiento; es decir vende en el mercado local como si el producto lo importara, cuando no es así. Sin embargo, para el mercado externo lo vende a precios de exportación --producción del gas sin considerar otros costos--, es decir a un precio mucho menor --una diferencia de casi 35%--. En ese sentido van los reclamos de varios sectores (envasadores y consumidores) respecto de que el precio de venta al mercado local debería estar a la par del de exportación, porque estos precios son de referencia y no se pueden imponer a la empresa, y hacerlo significaría alterar la Ley de Hidrocarburos.