MINERÍA EN MADRE DE DIOS: HORA DE PONER ORDEN
21 de febrero de 2010

Finalmente, el Gobierno reaccionó y expidió el decreto de urgencia que declara de interés nacional el ordenamiento de la actividad minera en Madre de Dios. Eso era una exigencia nacional, en vista de los devastadores daños causados, desde hace varias décadas, por la explotación desordenada e ilegal de oro en la zona.Según cálculos oficiales, la minería informal ha arrasado ya con 150 mil hectáreas de bosques amazónicos, pero esta es solo una cifra referencial.Lo cierto es que, en vista de la cuantía y gravedad de los daños, algo que no se puede achacar exclusivamente a la minería artesanal e informal, resulta urgente un plan integral para salvar a Madre de Dios de la deforestación y la desaparición de especies únicas de flora y fauna, amenazadas severamente. Esto es más exigible particularmente en el Año Internacional de la Biodiversidad, como ha sido declarado el 2010 por la Organización de Naciones Unidas. Repetidamente hemos denunciado con pruebas contundentes el uso indiscriminado del mercurio en los ríos de Madre de Dios, pero es recién ahora que se produce una reacción de los más altos niveles gubernamentales. De acuerdo con la norma, solo el 9% del territorio de Madre de Dios será apto para la actividad minera. Paralelamente, se prorroga la prohibición de nuevos petitorios mineros en la región.La meta aquí debe ser la formalización de la actividad minera, para lo cual se ha dispuesto también la prohibición del uso de dragas en los ríos aledaños, calculadas en aproximadamente 140 repartidas en toda esa región. El problema es bastante complejo y arraigado. Hay que desterrar aquí no solo el desorden imperante, sino también la corrupción en los trámites que dependen, principalmente, del Ministerio de Energía y Minas.El caos minero en Madre de Dios, que ha envenenado ríos y creado un entorno viciado de explotación sexual, trata de personas y una economía subterránea no puede continuar. La estrategia, por tanto, debe atacar el problema desde la raíz y desde todos los frentes, como también promover actividades económicas como la forestal y turística. Ello debe complementarse con los importantes objetivos de mantener niveles óptimos de empleo y proteger las reservas naturales que resguarden los derechos de las poblaciones nativas.Se ha dado pues, un gran paso. El ministro del Ambiente, Antonio Brack, ha anunciado que la estrategia de solución involucraría, en esta primera etapa, la participación de siete ministerios.El reto ahora es no perder la viada, mantener el ritmo de ejecución del plan y exigir que el Gobierno Central libere las partidas presupuestales necesarias. Asimismo, tiene que asegurarse la participación de los gobiernos regionales y de la Marina de Guerra del Perú para fiscalizar y controlar las actividades informales que tanto daño han causado a la zona.(Edición sábado).