Para poder luchar contra el lavado de dinero, la Superintendencia de Banca (SBS) aprobó, a fines del año pasado, una modificación normativa, que pasó desapercibida, y que ordena a las empresas del sistema financiero remitir a la SBS por los medios magnéticos que tiene establecidas para el efecto, información trimestral de la totalidad de las operaciones pasivas registradas en dicho período, como transacciones en efectivo (ROPE), aún cuando las mismas tengan claro y total sustento económico y legal.Actualmente, las entidades del sistema financiero solo deben entregar a la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) las transacciones calificadas como inusuales que devengan como sospechosas, es decir, aquellas operaciones poco habituales que no hayan sido justificadas o sustentadas. Sin embargo, ahora no habrá excepciones y todas las operaciones iguales o superiores a los US$ 10,000 deberán ser reportadas.Pero ¿qué es un RO y un ROPE? El primero son las operaciones bancarizadas como, por ejemplo, cuando una persona acude con un cheque (a la entidad financiera) y lo deposita en su cuenta (de depósitos). Mientras que la segunda son las que empiezan con una operación en efectivo, por ejemplo, una persona lleva US$ 10,000 y lo deposita en su cuenta, explicó a Gestión Carlos Caro, del estudio de abogados Caro & Asociados. Además, toda esta información también deberá ser dada a conocer a la UIF -que es parte a su vez de la SBS-, acotó a Gestión el especialista en temas financieros, Rolando Castellares.Las recientes medidas dictadas por la SBS está obligando a las empresas del sistema financiero a entregarle información protegida con secreto bancario, lo que puede generar desconfianza en el sistema bancario, al poner en riesgo la seguridad de los ahorristas, ante el riesgo de que dichas transacciones trasciendan, advirtió Castellares.