Sebastián Piñera, electo presidente de Chile, ha presentado a su gabinete ministerial que ha sorprendido por su composición mayoritaria de independientes y empresarios.Aunque el gabinete es técnico y de buen nivel académico, despierta dudas sobre posibles conflictos de intereses al incluir a miembros vinculados a grupos empresariales.Por ello en Chile está en camino la aprobación de una ley, llamada de "fideicomiso ciego", la cual obligaría a los futuros ministros a desprenderse de sus activos en empresas para despejar las dudas despertadas.El mismo Piñera ha tenido que empezar a vender sus participaciones en empresas como Lan. Es decir, puede decirse que el sector empresarial está bien representado en el nuevo gobierno. Solo quedaría esperar que los objetivos de estos se alineen a los millones de chilenos que votaron por Piñera, si es que no se desea encarar pronto manifestaciones como las que sufrió en su momento, la saliente Michelle Bachelet a poco de iniciado su gobierno.En cuanto a nuestro país, la designación del empresario vinculado al grupo Falabella, Alfredo Moreno, como canciller chileno, genera expectativa.Moreno, sin experiencia en el campo diplomático, podría denotar la intención de Chile de dar prioridad al ámbito de apertura comercial. Aunque Chile "encapsularía" la disputa de frontera marítima con el Perú, quedaría por ver cuál será en la práctica la postura del gobierno de Piñera. Debe destacarse además que existen otros empresarios chilenos, ahora futuro ministros, que también tienen cercanos contactos con empresarios peruanos, como es el caso de Laurence Golborne, designado ministro de Minería, que participó en las negociaciones de compra de Wong por parte de Cencosud.Pero el gabinete de Piñera también incluye a Jaime Ravinet en el ministerio de Defensa, un veterano político que incluso ya ostentó el cargo en el gobierno de Lagos y no muy amigo de Perú.Queda por ver cuál ha de ser la nueva postura y la manera cómo es que ha de llevar las relaciones con nuestro país el gabinete "empresario" de Piñera, en especial, Moreno y el ya fogueado Ravinet, esperando que, como es el deseo del gobierno peruano, se mantenga abierto el diálogo y se acate el fallo de la Corte de La Haya por el diferendo marítimo.
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