Después de la "fiebre" de instalaciones termoeléctricas registrada en los últimos años en el país, al parecer existe ahora en el Gobierno la intención de corregir y usar más eficientemente nuestras fuentes de energía sobre todo hídrica. El detonante fue en el año 2008, cuando se evidenció que existe riesgo de desabastecimiento interno si no se mejoran los aspectos normativos que permitan ampliar la cobertura eléctrica, sobre todo de fuentes renovables.Uno de los esfuerzos en este sentido son las grandes hidroeléctricas que se planea desarrollar en la selva peruana (que en conjunto significarían más de 6,500 MW) en el marco de un tratado de integración energética con el Brasil, aún en negociación. Inambari, con 2,200 MW de potencia y más de US$ 5,000 millones de inversiones es el proyecto más avanzado de los cinco que se proyectan con Brasil, cuyos estudios de factibilidad estarán listos a más tardar en junio de este año, fecha en la que se determinará su viabilidad, no solo económica, sino también socioambiental.