SINCERAMIENTO EN COMBUSTIBLES
11 de febrero de 2010

Es loable el esfuerzo de la ministra de Economía y Finanzas por reducir el riesgo local de un alza desmedida de los combustibles por el aumento en el precio internacional del petróleo. Pero ello no se podrá alcanzar -como opinan los entendidos- sin el sinceramiento del sistema de cálculo del precio de los combustibles. La fórmula de cálculo de los precios referenciales en el Perú no traduce, exactamente, lo que sucede en el mercado. Así opinan los especialistas, al tiempo de advertir que venimos pagando un 10% o 12% por encima del precio internacional. Ellos explican que, hoy en día, la modalidad de cálculo que usamos para arribar a los valores referenciales simula que el país adquiere el 100% de sus combustibles y petróleo en la bolsa de Nueva York. Pero en la práctica eso no sucede. Por ende, aquello distorsiona el cálculo real. Sin embargo, al momento de proyectar el valor local de los combustibles, el Estado sigue aplicando -en base a dicha premisa- los precios referenciales más altos, en perjuicio del consumidor local.En principio, todo indica que hay voluntad política para corregir este asunto, aun cuando no se sabe a ciencia cierta cómo y cuándo. Pero para ello está el criterio de los especialistas, a la quienes el gobierno debe recurrir, cuidando que la política energética -y dentro de ella, la de fijación de precios de gasolinas, diésel o GLP- sea transparente y real. Sólo con ese juicio serán efectivos y promisorios los pasos del Estado hacia mejorar el costo de abastecimiento interno -como primera prioridad- y el de exportación -como segunda-.No debemos persistir en la actual política de exportar combustibles a precios bajos y venderlos al consumidor nacional a precios altos, subsidiando en la práctica al productor foráneo. Recordemos que se trata de elementos indispensables para la marcha de nuestra economía. Debemos sustituir entonces esa política errada por una realista, acorde con la defensa del consumidor local y del libre mercado.Perfeccionemos la política del precio de los combustibles. El Fondo de Contingencia necesita un cambio de parámetros. Necesitamos corregir los yerros en curso, y uno de ellos, muy importante, es la base referencial de los precios internacionales. Los beneficiados de una medida como ésta serán los consumidores locales, sobre cuyos hombros y expectativas recae el desarrollo presente y futuro del país. Además, comprendamos que una política inconveniente del precio de los combustibles puede no sólo alimentar la inflación, sino inclusive desnaturalizar el mecanismo tributario que aplica el Estado con tanta facilidad -y eficacia- a través de agregar, en forma directa y diríamos que hasta excesiva -hoy el valor de los tributos sobrepasa el 60% del valor de venta de los combustibles-, diversos impuestos al precio de las gasolinas, petróleo, diésel, GLP, etc. Cuidemos entonces a la gallina de los huevos de oro.

  • [Expreso,Pág. 10]
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