Hasta que el ansiado punto de inflexión del PBI llegó. Y fue en noviembre, cuando Luis Carranza todavía era titular del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF). Ha pasado algo más de un mes desde su renuncia y su reemplazante, Mercedes Aráoz, tiene ante sí un año en el que la producción continuará mostrando signos positivos. Incluso la manufactura, el sector más golpeado por la recesión "técnica" que sufrió el país el 2009, se recuperará, lo que además generará un repunte de las exportaciones no tradicionales.Los empresarios también han mejorado su percepción y se muestran optimistas sobre sus operaciones y acerca del comportamiento de la economía en general. No cabe duda que el 2010 será mucho mejor en términos macroeconómicos, pero ello no significa que Aráoz la tendrá fácil. Todo lo contrario, existen riesgos latentes, muchos de ellos correlacionados con el peligro que para las arcas fiscales significará un año electoral. Las presiones ya se están comenzando a sentir, sobre todo desde el Congreso, tan acostumbrado a disponer de dinero sin efectuar previamente un análisis serio de las transferencias que aprueba. A menos de un mes de haber asumido el MEF, la ministra ya ha tenido que lidiar con la intransigencia que suelen mostrar los parlamentarios cuando tienen entre manos algún interés por defender. La manzana de la discordia fue el bono extraordinario para militares y policías, que también la enfrentó con algunos miembros del Ejecutivo.Al parecer, el MEF ganó la primera batalla, pues el proyecto en mención será observado y, a cambio, se ofrecerá una alternativa para mejorar las remuneraciones que perciben los mencionados servidores del Estado. En contraste, el resultado fue adverso en el caso de la huelga de transportistas, pues se cedió ante sus exigencias, una reincidencia que se ha convertido en rutina. No sería nada sorpresivo que nuevas protestas surjan en los próximos meses y que el Gobierno siga transigiendo.La inflación es otro riesgo latente. Por un lado, los precios de los combustibles están embalsados, en tanto que los desórdenes climáticos podrían ocasionar escasez de productos y, por ende, una subida en sus precios. En suma, el año se presenta con retos que es necesario asumir.
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