Si un empresario quisiera instalar una planta de yogurt, le convendría hacerlo en la costa, pues las zonas altoandinas implican costos por infraestructura y servicios básicos mayores al beneficio de una exoneración del pago del Impuesto a la Renta, de acuerdo a un estudio de la consultora Pro Expansión.Según la investigación, solo si el costo de producción es menos de 6% en la sierra, convendría instalarse allá acogiéndose a los beneficios de la ley de exoneración tributaria altoandina. Si el sobrecosto es mayor o si en la zona en cuestión no existe energía eléctrica, no resulta rentable ubicarse encima de los 2.500 metros de altitud.Cuando los costos de producción aumentan 20% o más, la planta de yogurt en la zona altoandina deja de generar utilidad así no pague impuestos.Pro Expansión indica que de los 1.828 distritos supuestamente beneficiados, solo 51 terminan siendo viables por su ubicación geográfica, infraestructura y condiciones sociales existentes.