OBRAS FORTALECEN LA DEMOCRACIA
24 de enero de 2010

El Perú emergente de esta primera década del siglo XXI, líder en crecimiento económico en América y polo de grandes inversiones, necesita ingresar perentoriamente a un proceso superior de industrialización y expansión comercial. Solo así se puede garantizar la continuidad de los logros alcanzados con base en un buen manejo macroeconómico y una estricta disciplina fiscal, las cuales se han traducido en crecimiento de la producción, generación de empleo y retroceso de la pobreza. Ese es el camino de una auténtica democracia, en la que los más pobres tienen la más alta prioridad en los planes de inversión social del Gobierno. La tarea es ardua y, a veces, no comprendida de inmediato, pero el principio es simple y lógico: no se puede industrializar un país con una geografía tan diversa y accidentada sin mejor educación, agua potable, electricidad, títulos de propiedad y vías de comunicación. Tal es la razón fundamental por la que el Gobierno viene impulsando un intenso programa de obras en favor de las poblaciones urbanas y rurales más pobres, que no tiene antecedentes en nuestra historia republicana. “Esta es una democracia para todos”, manifestó el presidente de la República, Alan García Pérez, al anunciar la electrificación de 343 localidades de las regiones de Cusco, Puno, Huancavelica y Junín, que beneficiará a 57 mil pobladores de pueblos andinos remotos con una inversión de 50.7 millones de nuevos soles.Los resultados de esta política de justicia social, que se sustenta en obras indispensables para los pueblos más necesitados y secularmente marginados, saltan a la vista. El Jefe del Estado subrayó que durante el período 2006-2011 se dará un salto histórico en electricidad, al pasar de una cobertura de 74 por ciento en 2006 a 94 por ciento en 2011. Otros saltos igualmente cualitativos, que muy pronto se traducirán en mejor calidad de vida y mayores oportunidades para millones de peruanos, se han logrado en servicios de agua potable, construcción de caminos y carreteras, educación óptima y retroceso radical del analfabetismo. No en vano, el Perú es hoy país abanderado en los logros de las Metas del Milenio, incluso con antelación a los plazos fijados internacionalmente, como lo reconoce Naciones Unidas. Hoy más que nunca es indispensable el concurso activo y solidario de los gobiernos regionales y las municipalidades de todo el país para cumplir la gran meta de completar las 100 mil obras hasta 2011. (edición sábado)