EXONERACIONES E INVERSIÓN EN LA SIERRA
25 de enero de 2010

Por: Efraín Gonzales Economista.- En un país con desigualdades productivas y distributivas, la idea de la exoneración de impuestos está a flor de piel para cualquier Gobierno, mejor aún si se acercan las elecciones. Con la exoneración en mención, la idea es incrementar la inversión, el empleo y la productividad, con lo cual, además, es muy probable que mejore la distribución del ingreso. La idea del presidente García suena interesante para incentivar la inversión en la sierra, región con poco capital acumulado, pocas oportunidades de empleo asalariado y mucha pobreza. El problema es si esto realmente podría suceder y tener los efectos que desea. Los incentivos fiscales a la producción fueron cruciales en el desarrollo japonés y tuvieron el efecto deseado por dos razones: sirvieron para promover las exportaciones e hicieron parte de una política de industrialización. En el Perú, incentivar la producción de la sierra, a través de la exoneración de impuestos, no es lo mismo, pues no hay ninguna política sectorial que sustente tales exoneraciones ni se piden resultados productivos a cambio. Se trata de un cheque en blanco, sin que se tengan necesariamente resultados sobre el incremento de la producción, la productividad y el empleo de la sierra, por las siguientes razones: 1) No ha habido un estudio económico y social del impacto que tendría una medida así. 2) Un gobierno que está de salida no puede garantizar que la medida perdure más allá del 2011. Los que inviertan lo harán con ese horizonte, es decir, en actividades de rápida recuperación. 3) La medida no es parte de Sierra Exportadora, ni de una política sectorial o regional de crecimiento, que además incluya acceso al crédito, mecanismos de comercialización y entrenamiento de los trabajadores. 4) No ha sido consultada y menos concordada con los gobiernos regionales. 5) No pide metas de producción o empleo a cambio de las exoneraciones, basta con que el inversionista corra un riesgo. 6) No existe una burocracia eficiente y proba para administrar estas exoneraciones, para que tengan el efecto deseado.