Tras la pausa que hubo en las últimas semanas en el debate sobre el abastecimiento del gas de Camisea, el tema recobra vigencia a propósito de la licitación que se inicia esta semana. Los acuerdos logrados en los últimos meses del 2009 con el consorcio, el apuro en solucionar con parches los reclamos del sur por tener un gasoducto y la patinada presidencial de dar por seguro el hallazgo de reservas de gas por parte de Petrobras (lo cual posteriormente no se confirmó) son, en resumen, lo que caracterizó la falta de decisión y eficacia política para resolver el tema del gas. La licitación del miércoles es un parche más y es previsible que el tema del gas estará presente -de manera politizada- en las elecciones regionales y también en las presidenciales, pues la pregunta sigue vigente: ¿cómo responderá el Gobierno cuando el primero de junio se empiece a exportar gas y aún no se haya satisfecho la demanda interna? Análisis de Julio Lira, Director de Gestión.