El anuncio de que China incrementó en 0,5% el ratio de requerimiento de reservas para su sistema financiero (salvo a las cooperativas de crédito rurales) generó un sobresalto en los mercados mundiales. Por primera vez, dicho país ha dado muestras de preocupación por las burbujas y presiones inflacionarias que se podrían estar generando en algunos de sus mercados (incluyendo el inmobiliario) como resultado del inmenso caudal de dinero que inyectó en la economía como parte de su paquete de estímulo fiscal anticrisis y de la proporción enorme de la inversión pública de ese país que alcanza el 40% de su PBI. Así, los precios internacionales de casi todos los commodities -salvo el azúcar y el gas natural- retrocedieron, pues cualquier medida que desacelere el crecimiento de China, es percibida como una medida en contra de la recuperación económica tras la crisis.