SEÑALES POSITIVAS EN ECONOMÍA, PERO HAY PENDIENTES
22 de diciembre de 2009

En las últimas dos semanas se han dado señales positivas para la economía local ad portas del nuevo año 2010. Una de ellas ha sido, sin duda, la calificación grado de inversión que la agencia Moody’s ha concedido a la deuda soberana peruana, lo que denota que nuestro país posee capacidad para cumplir con sus acreedores internacionales.Asimismo, nuestro Diario ha dado a conocer ayer la importante facturación que se prevé conseguir en la presente campaña navideña: un monto aproximado de ventas por 621 millones de dólares, es decir, 3% a 5% más que el 2008.Con respecto a lo primero -como ha señalado el ministro de Economía, Luis Carranza, al referirse al reconocimiento otorgado por la aseguradora de riesgo a nuestro país-, se trata de una decisión que consolida la posición del Perú en los mercados internacionales y puede incrementar el flujo de inversiones tanto financieras como reales para el país, un mayor crecimiento, empleo y reducción de la pobreza.Para algunos economistas esto ha sido posible porque hoy existe solidez macroeconómica, mejora microeconómica e institucional. Otros piensan, en cambio, que aún resta esperar a que la calificación de Moody’s -que se suma a las que ya otorgaron el año pasado Fitch Ratings y Standard & Poor’s- se traduzca en tasas de interés más bajas para el Perú y sus actores económicos. Ambos coinciden, sin embargo, en que existen mejoras pendientes, sobre todo en el plano político, institucional y social.De otro lado, el alza en las ventas navideñas también tiene sus bemoles. En principio, se debería a la recuperación económica del cuarto trimestre y la mayor disponibilidad de dinero en los bolsillos de los entusiastas compradores navideños.Algunos especialistas hacen futurología y sostienen que si se mantiene el ritmo de crecimiento del último trimestre durante todo el 2010 la economía podría crecer 5% o más. Otros son claros en señalar que habría que ver qué pasa en el entorno internacional, luego de la crisis financiera, así como en el ámbito interno, en el año electoral que se avecina, si el Gobierno se embarca en las reformas que están pendientes en sectores medulares, desde la educación hasta la inversión pública en infraestructura.Todos están de acuerdo en que, entre otros factores, la expansión crediticia desbocada podría no solo frenar el crecimiento de la economía, sino también poner una soga al cuello de los consumidores, hoy entusiasmados con las promociones dinámicas que ofrece la banca o el abaratamiento del retiro de efectivo con tarjetas de crédito, sobre todo en este mes del año.Al respecto, sería funesto que, animados por el "boom" inmobiliario, de las compras de automóviles y de los descuentos en viajes, el consumo se desborde de manera irracional, al punto de gastar lo que no se tiene en lugar de gastar de acuerdo con nuestros ingresos.En este terreno las responsabilidades son compartidas: las empresas deben actuar con transparencia y buena fe proporcionando a sus clientes toda la información relacionada con las líneas de crédito, las tasas de interés y las tarjetas de crédito. En cuanto a los consumidores, deben gastar según ingresos, prioridades y capacidad.