DIFÍCIL VECINDAD
20 de junio de 2005

Los empresarios mineros ya estaban preocupados por los hechos violentos de Tintaya (Cusco) y antamina (Ancash), y por la amenaza de una posible toma de Yanacocha (Cajamarca), cuando el ministro de Economía Pedro Pablo Kuczynski, señaló que las mineras debían invertir en las comunidades más recursos de los que ya desembolsaban.Para ellos, con esta declaración, PPK le daba la razón a los grupos violentistas que están azuzando a la población contra las mineras.Lejos de solo encrispar los ánimos de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE), las declaraciones de PPK pusieron sobre el tapete el debate sobre cuánto y cómo deben invertir las mineras para lograr una convivencia armoniosa con la población.A lo largo de la historia, en la minería peruana se han establecido dos tipos de relaciones entre las mineras y la población: la del asistencialismo, en la que las empresas aportan obras de infraestructura a la comunidad, usualmente donaciones de servicios básicos (salud, educación); y la del desarrollo sostenible, es decir, el desarrollo sostenible, es decir , el desarrollo de capacidades para que los pobladores generen su propia riqueza.Con esta última alternativa han intentado deselnvolverse las más grandes mineras como Yanacocha, Antamina, BHP Billiton y Southern Peru.Gonzalo Quijandría, gerente de comunicaciones de Antamina y presidente del Comité de Asuntos Sociales de la SNMPE, indica que bajo este esquema las mineras invierten US$ 20 millones anuales en programas de educación y generación de microempresas.

  • [El Comercio,Pág. 12 y 13 Supl.]
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