Dicen que la esperanza es lo último que se pierde y aunque el Congreso se empeña --con sus actuaciones-- en matarla cada día un poquito más, su presidente, Ántero Flores-Aráoz, se aferra a ella en lo que concierne al nombramiento del defensor del Pueblo y del magistrado faltante del Tribunal Constitucional (TC). Pasado el bochorno de la sesión plenaria del miércoles, en la que los legisladores fueron incapaces de ponerse de acuerdo y elegir a ambas autoridades, el titular del Legislativo expresó su convicción de que con un nuevo esfuerzo se llegue al anhelado consenso y a los 80 votos que cada designación requiere. Para el caso del defensor del Pueblo, recordó que Natale Amprimo hizo un pedido de reconsideración de la votación --en la que Walter Albán apenas alcanzó 64 adhesiones--, por lo "que habrá un esfuerzo legislativo adicional" antes del final de esta legislatura (30 de junio) para culminar la por ahora trunca misión. "Tenemos que buscar el consenso, pero evitando el yo te doy para que tú me des", agregó. Dijo también que el Partido Aprista no era el único responsable de la frustrada elección de anteayer, puesto que hubo otros parlamentarios "que habiendo estampado sus firmas (en una moción de respaldo a Albán que circuló en los días previos), luego cambiaron de actitud".