CÉDULA VIVA : ¿NUEVAMENTE LA DEMAGOGIA?
22 de septiembre de 2004

Debemos llamar nuevamente la atención sobre la preocupante actitud que -contra todo compromiso anterior y por razones demagógicas- está asumiendo un significativo número de congresistas al poner en riesgo la aprobación del proyecto de reforma constitucional del Decreto Ley 20530., el de la cédula viva.¿Dónde quedó el extraordinario consenso que permitió hace escasos meses la primera modificatoria? Lamentablemente para el país, el debate congresal está siendo influenciado no por el interés nacional como debía ser y para lo que fueron elegidos, sino por consideraciones electorales o incluso personales de quienes cobran una jugosa cédula viva.Así, algunos parlamentarios pretenden manipular el tema con un ojo puesto en los votos que buscan ganar o perder para su reelección. Esto lo confirma el haber permitido que ruidosos pensionistas llenaran el hemiciclo durante el último debate.Por otro lado, es conocido que 20 congresistas en funciones y 365 ex parlamentarios son beneficiarios directos de este régimen privilegiado. Es decir, reciben pensiones de o por sobre 10.500 soles, al margen de que sus aportes durante su vida laboral no cubran siquiera el costo de unos meses de pensión. Por razones éticas, deberían abstenerse de participar en este crucial debate.Ante esta crítica situación, el Ejecutivo tiene que retomar la iniciativa y lanzar ya una campaña informativa para explicar a la población lo insostenible que es mantener un sistema cuyo costo total podría llegar a 25.000 millones de dólares y que demanda un subsidio anual mayor al presupuesto de educación. También que solo un 3% de los actuales jubilados (unas 10 mil personas) vería reducida su pensión gradualmente, mientras que 285 mil pensionistas -muchos de ellos con ingresos mensuales menores de 415 soles- verían mejorados sus ingresos con la redistribución de ingresos.Finalmente, la ciudadanía y la opinión pública tienen que permanecer alertas ante el accionar de los legisladores. Es decir, para saber quiénes asumen su responsabilidad y ponen primero los intereses del país, y quiénes actúan movidos por censurables motivaciones. De por medio está el cierre, de una vez por todas, de un oneroso y desproporcionado sistema pensionario.

  • [El Comercio,Pág. A 4]
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