Ahora que ha ingresado a la arena política, el padre Marco Arana, conocido por sus enfrentamientos con ciertas empresas mineras, intenta sacarse la etiqueta de ser enemigo de esas inversiones. "No soy un antiminero radical", expresó en CPN Radio. El religioso manifestó que su única preocupación es que la extracción de minerales no afecte el medio ambiente ni viole los derechos de las comunidades."Hay empresas que sí toman en cuenta estas prácticas positivas, pero hay otras acostumbradas a tener de su lado al Gobierno y son las que no han mejorado su desenvolvimiento social", apuntó.