UN NUEVO REMEZÓN LLAMADO DUBÁI
4 de diciembre de 2009

Los mercados mundiales volvieron a ser sacudidos en los últimos días, tras el anuncio de reestructuración de deudas de empresas de la lejana Dubái. Dubái es uno de los siete emiratos que conforman los Emiratos Árabes Unidos (EAU), una nación rica en petróleo, y que se ha destacado por millonarios gastos en infraestructura.Justamente, esas grandes inversiones en construcciones futuristas, al parecer, no generaron los retornos esperados, dificultaron el pago de deuda e hicieron necesaria una refinanciación. Dubái anunció que las empresas Dubái World y Nakheel necesitan reestructurar US$ 26,000 millones de deuda, lo que calma un poco los temores de los mercados, que preveían un monto más elevado. Dubai World es la matriz de DP World, la cual maneja la concesión del puerto del Callao. Aunque Dubai World descartó que su subsidiaria DP World ingrese en su programa de reestructuración de deuda, al considerarla financieramente estable, las medidas que ha de tomar podrían de tener algún impacto en la concesión en nuestro país. Ello es una razón para estar atentos a lo que suceda en la próxima semana, cuando se reúna con sus acreedores. Asimismo, aunque el monto anunciado de la deuda no se considera muy elevado para remecer los mercados de forma similar a la crisis financiera global, sí es una advertencia de lo vulnerable que aún es la recuperación de la economía mundial.Es, además, una señal de alerta sobre nuevas crisis de deuda que podrían estar por explotar y tener un mayor impacto que lo sucedido en Dubái. Un ejemplo son los elevados niveles de endeudamiento en los países desarrollados, que a la larga implicarán ajustes que pueden desinflar una recuperación impulsada principalmente por incentivos fiscales.Otro ejemplo más es el repunte de las bolsas o de los commodities, que están impulsados por expectativas algo exageradas de una recuperación, que puede ser más lenta de la prevista.Parece haberse pasado de un extremo al otro, de la gran aversión al riesgo a un exagerado optimismo que podría desinflarse. La crisis de Dubái nos hacer recordar que ninguna de las causas principales que detonaron la crisis de crédito, como un sobreendeudamiento o expectativas desmesuradas, han sido resueltas hasta ahora.

  • [Gestión,Pág. 30]
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