DE METIDAS DE PATA Y ACIERTOS ESTATALES
7 de diciembre de 2009

Dos temas importantes anunciados esta semana sobre actividades del Estado llaman la atención. El primero, el escandaloso y muy sospechoso artículo en la Ley de Presupuesto, que nadie se explica de dónde salió ni quién introdujo, que permitiría a 100 mil empleados públicos pasar de la categoría de contratados a nombrados en el Estado, lo que equivale a estabilidad laboral para trabajadores con tres años de servicios. No se tiene que ser muy inteligente para concluir que esa disposición quería asegurarle trabajo a personas que habían ingresado a laborar al Estado, sobre todo en este régimen.Por suerte, el Presidente señaló que de ninguna manera permitiría que ello se lleve a cabo. Si bien era incorrecto que dichos empleados públicos estabilizaran sus condiciones de trabajo, es parte de la carrera pública que los empleados sepan los requisitos de ingreso, ascenso y salida en el Estado. Durante este gobierno, SERVIR ha ayudado buscando gerentes públicos y se ha avanzado con los contratos administrativos; ello no es suficiente, y la carrera pública no ha mejorado su regulación en estos años, siendo una de las reformas más importantes que deberá llevarse a cabo en el siguiente gobierno.La buena noticia fue que nuestro país sigue siendo el primer productor de oro, zinc, estaño, plomo, bismuto y teluro en Latinoamérica, lo que según algunos se explicaría por la presencia en el Perú de empresas mundiales líderes en su campo. Hemos logrado que compañías de talla mundial inviertan en nuestro país porque contamos con recursos naturales, pero, y sobre todo, porque en minería tenemos una legislación promotora que data de hace más de 15 años, que no se ha cambiado, que es sencilla y que permite a las empresas conocer dónde se pueden desarrollar y qué pueden esperar a cambio. El sector minero debe servir para demostrar que una de las herramientas fundamentales para desarrollar cualquier actividad económica en el país, y que ésta prospere, es una legislación sencilla y estable en el tiempo. Así los empresarios pueden saber a lo que vienen y lo que pueden esperar a cambio, señala Cecilia Blume.