DOBLE IMPUESTO A LAS GANANCIAS
9 de diciembre de 2009

El pasado viernes 13 de noviembre, estuvieron en Lima sendos altos funcionarios de la Bolsa de Valores de Bogotá y de la Superintendencia de Valores de Chile. Vinieron invitados por el Banco Central y la Escuela de Postgrado de la Universidad del Pacífico. Disertaron sobre el desarrollo del mercado de capitales en sus respectivos países. Su presencia fue pertinente porque estaría por entrar en vigencia en nuestro país un impuesto que se ha eliminado en Chile y Colombia: el impuesto a las ganancias de capital para transacciones bursátiles. El Perú estaría así retrocediendo respecto de los dos países que más compiten con nosotros para atraer capitales.El origen de la inminente medida es cien por ciento electorero. Resulta que en la campaña presidencial, se le ocurrió a la Confiep manifestarse contra la exoneración de impuestos en la selva (medida que, como sabemos, sirve para algunos comerciantes evadan los impuestos normales) y la respuesta del Apra fue "entonces también: eliminamos la exoneración para los ricos", léase la "exoneración del Impuesto a la Renta" a las ganancias de capital -en realidad no hay tal exoneración ya que dicha ganancia no es una renta- generadas en la Bolsa de Valores. A partir de ahí, el Gobierno no ha sabido cómo hacer para no meter la pata y cumplir con un despropósito electoral.Conceptualmente, es consenso entre los economistas que el impuesto a las ganancias de capital es una duplicación impositiva. Esto porque existe una relación directa entre el precio de la acción y las ganancias que generan las empresas, las cuales pagan el Impuesto a la Renta. El valor de la acción lleva en sí misma el Impuesto a la Renta. Si sube la ganancia de una empresa, esta empresa va a pagar más impuestos. Si reparte dividendos, los accionistas recibirán una renta que pagará sus impuestos ¿Por qué entonces si la acción pasa de una mano a otra se va a pagar un impuesto adicional?Esta noción, que supone que en ningún caso se pague un impuesto por vender o comprar acciones, ha recibido críticas políticamente correctas a favor de la "equidad". Se alude además a la existencia de dicho impuesto en países desarrollados. Son argumentos demagógicos. En la Bolsa hay ganancia y hay pérdida, se corren riesgos y la mayoría que participa -directamente o a través de AFP y fondos mutuos- no es rica. Los países desarrollados se pueden permitir errores que les pueden costar caro a naciones emergentes como la nuestra.Se ha dicho también que a pesar de que la teoría de la doble imposición es clara, hay que ser pragmáticos y poner un impuesto bajo para salir del apuro. Nada menos pragmático que un impuesto que generará más costos para calcularlo que beneficios para el Fisco y que además reducirá el atractivo de invertir en el Perú respecto de países como Colombia y Chile.Existen cada vez más voces que reclaman que el Ministerio de Economía y Finanzas deje de comportarse como un Ministerio de Hacienda y haga algo de Economía. Vemos con envidia cómo en Chile y Colombia existe una relación mucho más fluida entre economistas, empresarios y funcionarios públicos. Que los generadores de política tienen claro que mientras más se promueva la inversión privada, más se recaudará. Que se tiene claro que mientras más atractivo se haga el mercado de capitales, habrá más producción, más empleo y más impuestos. No es tarde para empezar a aprender de ellos.

  • [Gestión,Pág. 30]
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