Era noviembre del 2004, y los funcionarios del Ministerio de Energía y Minas(MEM) estaban preocupados porque hacía dos meses había empezado la producción comercial de Camisea y no se veía su impacto en los precios del gas licuado de petróleo (GLP), uno de los productos extraídos del yacimiento. El ingreso de Camisea prácticamente había duplicado la producción nacional de GLP y era lógico que a mayor oferta, el precio disminuyera. Pero no fue así. El MEM citó a funcionarios de Pluspetrol (operador de Camisea) para transmitirles su preocupación, y recibieron como respuesta que el GLP, por ser un commoditie (producto estandarizado en el mercado internacional), se regía por los precios internacionales, tomándose como referencia los precios de paridad de importación publicados por el regulador del sector, Osinerg.Coincidentemente, un grupo de funcionarios y productores de GLP bolivianos llegaba a Arequipa con la promesa de traer este producto a un precio menor que el que ofrecía el mercado local. La reacción fue inmediata: Pluspetrol comunicó al MEM que venderían GLP a un precio inferior al de la paridad de importación.(Edición domingo) Sin embargo, pese a el ofrecimiento, el precio del GLP se ha mantenido a un promedio de S/. 36. ¿Las razones? Gustavo Navarro, director de hidrocarburos del MEM, señala que el ofrecimiento de Pluspetrol, el mayor productor del mercado (65% del GLP nacional) fue vender a un promedio entre la paridad de importación (índice de una importación eficiente que incluye flete e impuestos) y la de exportación (que se vende sin impuesto en puerto), con lo cual se debería haber reducido el precio al consumidor en 10%.