Sólo queda entender que Pedro Pablo Kuczynski ya está en campaña para descifrar por qué, cuando es preguntado por la violencia que afecta a las inversiones mineras, en lugar de solidarizarse y exigir mano dura al interior de su propio gobierno, el titular del MEF haya deslizado la peregrina tesis de que parte de la responsabilidad la tienen las propias empresas mineras por no dar más plata a las comunidades de lo que ya dan vía el canon y los impuestos normales.A este paso, mejor desechar el temor de que entre Kurt Burneo o cualquier heterodoxo al MEF si éste ya está instalado allí. Porque lo que está en juego en la insostenible beligerancia radical de los movimientos de campesinos aliados a la ultraizquierda en contra de las inversiones mineras no es un tema de soles más o soles menos.Si la tesis que moviliza las protestas y la violencia fuera el pedido de más recursos podría entenderse así, pero lo que se aprecia unánimemente en todos los actos referidos es el pedido del cierre de las minas. Queda claro, imaginamos, que si eso sucede, no tendrán ni impuestos, ni canon y mucho menos ayuda extra para las obras que se necesitan, sin duda, en el lugar (y sobre las cuales, la mirada debería dirigirse a los gobiernos regionales, que tienen las alforjas llenas y no poseen, al parecer, la capacidad de gastarlo rápida y debidamente).Lo que no es admisible es que el país permita que grupos radicales minoritarios se enseñoreen y se den el lujo de paralizar flujos millonarios que benefician a todos. El orden hay que imponerlo. Prevenir los conflictos, reprimirlos duramente cuando se produzcan y si alguno de ellos desembocara en indeseables consecuencias, respaldar a las fuerzas policiales que se la juegan.Hoy son las mineras, mañana serán las eléctricas, luego las petroleras, las empresas agroindustriales y finalmente veremos asonadas urbanas. El guión es evidente y el gobierno está cometiendo un error mayúsculo al abandonar la más básica de sus funciones, como es resguardar la paz social.¡Qué lamentable, de verdad -debemos reiterarlo-, ver a un ministro con las ideas supuestamente claras, como PPK, rehuyendo su responsabilidad de Estado! Si eso le sucede a él, no queremos ni imaginarnos el sentir general del resto del gobierno, señala el director del diario La Primera, Juan Carlos Tafur.