BOLSA SIN IMPUESTOS
15 de diciembre de 2009

En el gobierno anterior se propuso crear el Impuesto a las Transacciones Financieras (ITF), la discusión fue amplia, aunque no muy profunda, porque para sacar del sombrero un conejo impositivo se debe meditar bien sus consecuencias. Ver si pesa más lo positivo o si al final del juego lo negativo termina siendo una carga en exceso pesada. Además siempre hay que tener presente que cuanto menos impuestos, mejor funciona el sistema tributario. Pues bien, nada de ello ocurrió con el malhadado ITF. Muchos lo apoyamos basándonos en el argumento fiscalizador. Con el ITF se sabría quién pasaba por el sistema financiero y con cuánto, pudiéndose detectar a quienes buscaban evadir. Otro punto a su favor fue que su tasa era mínima y que desaparecería en cinco años.Ha transcurrido largamente ese período y el ITF sigue ahí, clavado y carnívoro a pesar del bajo porcentaje. Si transfiere dinero de una cuenta a otra, ¡zum! ITF. Si deposita en su cuenta un cheque, ¡zaz! ITF. Si saca un crédito hipotecario (una forma de ahorro donde los intereses favorecen largamente al banco), ¡pim, pam, pum! ITF. Igual con el pago de la tarjeta de crédito. Es una especie de zancudo molesto y abusivo que busca el movimiento del dinero. Lo único que ha logrado es desalentar la intermediación financiera, bastante débil en el Perú, donde cancelar con un cheque es como presentar un papel "toilette". Nadie quiere cheques en nuestro país porque no quieren pagar ITF y temen ser estafados, cuando somos un país con harto billete falso. Que sepamos no se ha detectado muchos más evasores gracias al ITF, solo se ha arranchado el dinero al contribuyente formal que ya paga impuestos.Lo mismo ocurrirá con el gravamen a las transacciones en la bolsa de valores. La motivación es que la gente que gana dinero en la bolsa debe contribuir al Estado, como si no lo hiciera por otras vías. Tampoco se toma en cuenta que si los bancos dan magrísimas tasas de interés a los ahorros el usuario se descapitaliza. Daría lo mismo tenerla bajo el colchón. Si la bolsa es una alternativa, por qué penalizarla. De aprobarse el impuesto de marras —lo más probable— con seguridad afectará a los pequeños "bolsistas", que no son pocos, a los que tienen sus pensiones en las AFP. Dirán que la tasa es mínima, pero en esencia será igualmente injusta que el ITF. Se sostiene también que cuando nos asociemos a otras bolsas de la región el lastre impositivo impedirá que estemos a la par. Poco les importa a los gestores de esta medida. Es como cuando se decidió elevar el nivel máximo de consumo de alcohol en el manejo. Más papistas que el Papa, pero nada realistas, señala Mariella Balbi.