La tranquilidad política volvió repentinamente anoche a Bolivia, cuando el Congreso designó como nuevo presidente de este país al abogado Eduardo Rodríguez, en sustitución de Carlos Mesa y después de que los titulares de las cámaras de senadores y diputados renunciaran a la sucesión constitucional. Eduardo Rodríguez asumió con la única misión de convocar a elecciones anticipadas en seis meses. En plena juramentación petardos de dinamita explotaban en el cielo paceño, en señal de triunfo de los grupos gremiales. "Un deber constitucional me ha traído a esta posición como un juez de la República que debe cumplir un mandato constitucional. Lo hago con responsabilidad patriótica y convencido de que la democracia y el sentido de unión y paz es el mejor sentido para los bolivianos", dijo en su flamante discurso, luego de jurar como presidente, a las cero horas de Bolivia (11 p.m. en el Perú). Asimismo dijo que convocará a un proceso electoral que renueve la representación ciudadana para que el Congreso siga agregando a una sociedad más justa, más democrática y más equitativa. Rodríguez invocó a los bolivianos que ejercen su derecho de protesta a que "construyamos juntos una capacidad de hacerlo en paz y con un acuerdo nacional"; y sobre el tema de los hidrocarburos, dijo que se resolverá en el momento oportuno con ayuda del Congreso para recuperar lo que la naturaleza y Dios dieron a Bolivia.