''SOLO LA INVERSIÓN SALVARÁ AL PERÚ''
20 de septiembre de 2004

Falso. Y trágico, porque la inversión sí es fundamental y han pasado 180 años de gobierno republicano para que nos demos cuenta de ello. Recién ahora, finalmente, nos ponemos de acuerdo. Aunque, como en toda ortodoxia, el reconocimiento a veces es de la boca para afuera, o con la esquizofrenia del último marxista que se declara amigo de la inversión en el Congreso pero cada día encuentra una nueva forma de ahuyentarla, o de los pobladores de Cajamarca que se declaran firmes creyentes en la inversión, pero paralizan la exploración minera en su región.Además, la inversión sigue siendo muy baja, a pesar de la impresión que crean algunos proyectos grandes como Camisea y Las Bambas. Para el 2004 el Gobierno proyecta una inversión de apenas 18,6%, nivel inferior al promedio de América Latina (22%), de varios países pobres como Honduras (24%), India (23%) y Nicaragua (28%), y muy por debajo de las cifras registradas por los tigres del Asia, como China (43%) y Corea del Sur (30%). Pero la inversión por sí sola es como saltar en un solo pie. El desarrollo se logra así como se camina, sobre dos pies, el de la inversión y el de la gestión, y aquí cojeamos aun más. Hemos gozado períodos de alta inversión -en los años cincuenta por ejemplo- pero nunca de buena gestión.La evidencia de mala gestión está a la vista. Repetidamente, empresarios y el Estado se han excedido en la inversión, dejando grandes obras que no se aprovechan y equipos y maquinarias que se oxidan. Hoy vemos cómo las represas se sedimentan, las irrigaciones se salinizan, las fábricas se cierran, las aguas se contaminan y las lluvias se llevan las tierras de la montaña. Y cada día trae nuevas evidencias de la mala gestión del Estado en casi todas las áreas de responsabilidad y que inciden sobre la marcha de la economía: justicia, seguridad, promoción, educación, investigación e información. Y la ineficiencia se financia con nuevos impuestos.Una investigación efectuada por Christopher Clague, de la Universidad de Harvard, hace 35 años descubrió que la baja productividad de las fábricas en el Perú no podía explicarse por falta de capital ni por la calidad de la mano de obra. La única explicación era la pobreza de la gestión, de los empresarios o del Estado que afectaba la productividad empresarial. Esa conclusión seguramente sigue válida.El sabio peruano Javier Pulgar Vidal dijo: "El problema del Perú es un problema de administración", y se dedicó a fundar facultades de administración. Hoy, la enseñanza de esos temas se ha multiplicado en el país, pero la mala gestión tiene raíces hondas, quizás en la misma cultura nacional, en factores como la desconfianza interpersonal y la inestabilidad política. Hipótesis no faltan. Lo que falta es darle a la calidad administrativa una importancia similar a la que le damos a la cantidad de inversión. Más inversión, pero con una mejor gestión para no seguir tirando el dinero al agua, señala Richard Webb, en su columna "rincón del autor".

  • [El Comercio,Pág. A 4]
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