El tramo III de la carretera Interoceánica, que une Inambari, en Madre de Dios, con Iñapari en la frontera con Brasil, está casi listo. Solo 25 kilómetros (de un total de 410 km) lo separan del asfaltado total, previsto para junio del 2010, y de su inauguración para finales de ese año. En los tres años y medio que viene ejecutándose, los pueblos de la selva de Madre de Dios que viven a lo largo de esa ruta han duplicado su ritmo de vida, sus expectativas. También se ha multiplicado la explotación ilegal del oro y la destrucción del bosque."Antes uno reunía a toda su familia si iba a emprender un viaje a Puerto Maldonado. Ahora solo dices "Ya vengo"", grafica Jorge. Él y los otros pasajeros del colectivo que nos lleva de Mazuco a Puerto Maldonado en dos horas no paran de hablar de sus antiguas travesías y de lo increíble que resulta ahora que el vehículo se deslice velozmente sobre el asfalto nuevo.Pero las exclamaciones de optimismo se suspenden a la altura de Avispa, en el km 329, donde se observan grandes grietas sobre el asfalto y el desplome de un pedazo de la flamante vía. Se trata de 120 metros de carretera echados a perder por el desvío del cauce del río Inambari, ocasionado por la negligencia humana. El consorcio encargado de ejecutar el tramo III, Conirsa S.A., acusa a un conocido minero artesanal de la zona que explotó la ribera con dragas y maquinaria pesada meses antes del desplome.