COALICIÓN ANTIFARRA
3 de junio de 2005

Antes que sugerir un gabinete de salida o un compromiso multipartidario de ética, los partidos políticos de oposición lo que deberían plantear, unidos y consistentes, es la conformación de un frente que exija, con todos los instrumentos a su alcance (principalmente, a través del Congreso), que el gobierno de Toledo no cometa la irresponsabilidad de soltar las amarras fiscales en su último año de mandato, como todos los indicios permiten estimar. Ello no solamente porque es inmoral que se usen dineros públicos, que tanta falta hacen, para obtener beneficios políticos, sino porque de proceder así se afectará críticamente el inicio del próximo gobierno, el cual, de por sí, ya no va a contar con el boom internacional de precios del que el actual régimen ha gozado.Hay buenos antecedentes de lo que un gobierno de salida debiera hacer, en términos de responsabilidad. Lo hizo la dictadura de Morales Bermúdez, cuando encargó el MEF y el BCR a Javier Silva Ruete y Manuel Moreyra, quienes le entregaron al gobierno de Belaunde una caja fiscal ordenada y no destartalada, como la que ellos recibieron.El propio Belaunde, en el tramo final "y a pesar de las quejas de muchos de sus correligionarios que pensaban gozar de un dispendio" colocó en el Ministerio de Economía a Guillermo Garrido Lecca, quien le entregó una posta manejable a Alan García.El aprismo, por supuesto, se zurró en la noticia y legó un desastre mayúsculo, que hizo necesario el llamado fujishock. Y de Fujimori ni hablar. El 95 hizo un fiestón para ganar la reelección y lo mismo sucedió en el 2000, cuando, sin reparo alguno, soltó las amarras macroeconómicas y gracias a ello prolongó innecesariamente una recesión gigantesca en perjuicio de su sucesor.Se entiende que los partidos políticos se encuentren abocados a asuntos internos o que sientan que exponerse demasiado a estas alturas puede ser un riesgo innecesario, pero respecto del tema que hablamos, es más que urgente un pronunciamiento inmediato y enérgico, que no puede ser soslayado bajo ningún cálculo subalterno. Su propio interés está de por medio.Si en el último año Toledo coloca en el MEF a un "chakana boy" o un heterodoxo flexible, que Dios nos coja confesados. Y que los partidos no se quejen si no hicieron nada para evitarlo o advertirlo, señala el director del diario La Primera, Juan Carlos Tafur.