HUMOR PRESIDENCIAL
25 de noviembre de 2009

Es bueno que un líder arengue, alce la voz y exija compromisos. Trasmite respeto, autoridad y reafirma su liderazgo. Sin embargo, si esa envalentonada actitud la viéramos cuando hordas asaltan campamentos donde la inversión privada se cobija, matando a humildes trabajadores; o cuando campos de exploración son invadidos por mineros ilegales auspiciados por el narcotráfico; o cuando dirigentes anarquistas cercan un pueblo, toman las carreteras y exigen la paralización de un megaproyecto; otra sería la historia.Puedo señalar innumerables ejemplos, de cómo la falta de liderazgo en el Perú ha sido el talón de Aquiles no sólo de esta administración gubernamental, sino de la mayoría de presidentes que han hecho de la historia del Perú, un pasado de lamentos, frustraciones y del "casi casi lo logramos".Hoy, producto de ello, las instituciones no se respetan y el caos social aumenta. ¿Cómo exigirle a un empresario que invierte en el país, si cuando decide hacerlo las masas teledirigidas lo acorralan, acusándolo de todo, cual pobre despistado que es ajusticiado y linchado por la muchedumbre "al parecer porque trató de hacernos daño". ¿Quién sale a defenderlo?.El último caso de Espinar es una muestra de ello. Se toma como excusa el agua. "El proyecto nos dejará sin agua, por ello exigimos que no se haga nada", exclaman los dirigentes. ¿Y la Autoridad del Agua recientemente creada que debería resolver el tema? Nadie le da el lugar que se merece. Ni el Presidente ni el Premier saben que existe. ¿Liderazgo?

  • [Expreso,Pág.1Supl. Econ.]
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