Pese a que Alberto Benavides, Mario Brescia y Dionisio Romero deben haberse encontrado en más de una ocasión durante los últimos 47 años que tiene la CADE, esta es la primera vez en que los tres rompen su acostumbrada conducta para sentarse delante de los reflectores y hablar de sí mismos. Durante más de una hora, los asistentes escucharon de boca de los protagonistas de los últimos 50 años de la historia empresarial del Perú una serie de anécdotas personales, familiares y empresariales. Tres modelos diferentes que se desarrollaron en sectores completamente distintos, pero, sobre todo, tres personalidades casi contrapuestas.Por un lado, Benavides, un minero de socavón sentado entre empresarios, que construyó su imperio sin haber heredado fortuna. Por otro, Mario Brescia, dueño de una corrección política impecable -desde su discurso hasta su tenida-, y coheredero de la fortuna y del amor por el trabajo que tenía su padre.