La ocurrencia de un fenómeno de El Niño, de intensidad leve a moderada en el verano del 2010, no causaría un impacto significativo en la economía. Sucede que según el comité multisectorial encargado del Estudio Nacional del Fenómeno El Niño (Enfen), este no tendrá el efecto devastador de 1992, que generó pérdidas equivalentes a seis puntos de nuestro PBI. Pero no solo eso, la alerta sobre su posible ocurrencia, lanzada en abril de este año por entidades que estudian los cambios de temperatura en el mar, llevó a los empresarios, en especial a los del sector agroexportador, a tomar previsiones para reducir al mínimo cualquier posible impacto de El Niño en sus operaciones.