LOS DESAFÍOS DE LAS MICROFINANZAS EN EL PERÚ
6 de noviembre de 2009

Giovanna Aguilar Andía (*). El desarrollo de las microfinanzas formales en el Perú es uno de los casos más destacados en la región, tal como lo señalan reportes del Banco Mundial y el BID. En efecto, la década que está por concluir ha significado para las instituciones microfinancieras (IMF) (cajas municipales, cajas rurales, entidades de desarrollo de pequeña y microempresa [Edpyme], bancos y financieras especializados) un periodo de expansión y consolidación que muestra que el negocio de intermediación financiera con clientes de bajos ingresos (principalmente hogares y micro y pequeñas empresas) es rentable y, por tanto, sostenible. Sin embargo, este desarrollo trae también nuevos retos para el sector: la competencia de la banca comercial, que, atraída por la rentabilidad de este segmento del mercado financiero, está incursionando en el negocio de los créditos de pequeña escala (downscaling). Las adquisiciones de CajaSur, Edpyme Crear Tacna y Caja Rural Nor Perú por la Fundación BBVA; del Banco del Trabajo por el Scotiabank Perú; y de la Financiera Edyficar por el Banco del Crédito dan cuenta de este proceso. Por tanto, si, al inicio, las IMF representaron una mayor competencia para la banca comercial, principalmente en el segmento de servicios de ahorro, con la entrada de bancos comerciales en el segmento microfinanciero, las IMF deberán afrontar una mayor competencia, esencialmente en el segmento de créditos a las microempresas (créditos MES), que es el que ha liderado su expansión y ha atraído a los bancos. Algunos desafíos que las microfinanzas enfrentan en este contexto de crecimiento y mayor competencia son: i) La diversificación de sus servicios financieros para atender mejor las necesidades de sus clientes, específicamente de las microempresas. Si bien este desafío involucra directamente a las IMF, también hay que mencionar la tarea que a las autoridades reguladoras del sector les compete en este aspecto: la de facilitar la competencia en igualdad de condiciones a los bancos e IMF y otorgar a estas últimas las mismas capacidades en el ofrecimiento de productos financieros que los bancos tienen (tarjetas de crédito, por ejemplo). Ii) La reducción de sus costos de producción, a fin de ofrecer productos y servicios a precios más competitivos. Iii) El mejoramiento o perfeccionamiento de sus mecanismos de incorporación de nuevos clientes a sus carteras, a fin de evitar el sobreendeudamiento de los que ya se encuentran bancarizados. Respecto a este punto, junto con el esfuerzo que las IMF deberán hacer para mejorar sus metodologías de evaluación y control de riesgo, toca a las autoridades reguladoras del sector promover , por ejemplo, la creación de centrales de riesgos que faciliten la evaluación de los potenciales clientes microfinancieros. Estos son algunos desafíos que la industria microfinanciera deberá atender en un futuro cercano, si desea preservar el éxito alcanzado hasta el momento. Un éxito que ha contribuido a elevar el nivel de bancarización de la economía, descentralizar el capital financiero, y ha dinamizado con ello los mercados financieros regionales. En efecto, entre el 2001 y el 2008, la cartera de colocaciones de las IMF creció a una tasa promedio anual de 26%, mientras que las captaciones lo hicieron a una tasa de 25% por lo que, en el año 2008, las primeras representaron 11% del PBI y las segundas el 9%. Dada la pequeña escala de los servicios financieros ofrecidos por las IMF, la mayor bancarización alcanzada por el crecimiento de su oferta permite el acceso a servicios financiero de clientes no atendidos históricamente por la banca comercial, por ser mayormente informales y carentes de ingresos estables, por tanto, financieramente muy riesgosos. La atención de la demanda de servicios financieros de estos agentes por las IMF hace posible el aprovechamiento de oportunidades de negocio o la superación de restricciones de liquidez, lo que les da la posibilidad de crecimiento y mejoramiento del bienestar. El aporte a la descentralización del capital financiero de las microfinanzas se pone en evidencia con su capacidad de inyectar más recursos de los que captan en las regiones, especialmente en las más pobres, las IMF. Lo muestra el potencial efecto multiplicador del crecimiento del microcrédito en las regiones. (*): Catedrática - PUCP.