CRIMINALES SE ENSAÑARON CON LOS TRABAJADORES DE LA MINERA
4 de noviembre de 2009

Hoy, mientras usted lea estas líneas una familia de Piura y dos de Sullana estarán llorando la absurda muerte de tres inocentes cuyo único pecado fue trabajar de manera honrada para ganarse el pan de cada día.Mientras usted lea, la familia de Luis Guillermo Gómez Vílchez, de 35 años, se preguntará por qué a él le tocó estar el domingo a las 4:30 a.m. en la puerta del campamento denominado Henry’s Hill, justo a la hora en que por lo menos veinte asesinos provistos de armas de largo alcance llegaron hasta ese lugar para quemar todo y tratar de asesinar a los catorce trabajadores. A esa familia de Sullana tal vez no le sirva de consuelo saber que Luis Guillermo opuso resistencia y que gracias a ello once de sus compañeros pudieron huir y salvarse de los salvajes atacantes. Claro, dirán la viuda y los huérfanos, los demás se salvaron, pero él recibió a cambio de su valentía seis balazos, cinco en el cuerpo y uno en la cabeza.