Por más que dejó expreso su cariño y amistad hacia el congresista David Waisman, el presidente de la República, Alejandro Toledo, dejó en claro ayer que quien gobierna es él, aun desde la distancia. Así lo enfatizó en una entrevista ofrecida a RPP desde Tel Aviv, la cual aprovechó para salir al frente de las críticas formuladas por el costo de su periplo por China y Medio Oriente y por su enorme comitiva.El presidente trató de desestimar la polémica desatada por las amenazas de Waisman de echar a los ministros que no trabajen por el país, al sugerir que no se debe llegar al nivel de la chismografía.Sin embargo, aclaró que él mantiene contacto permanente con el encargado del despacho presidencial, a quien incluso dijo que le ha dejado instrucciones específicas antes de partir.